Ahora que viene al plato hablar de las preocupaciones de las personas, abracemos con el brazo de la sinceridad a los temores que todos los escritores tienen: Decir algo que ya se ha dicho, retrasarse en una idea.
No negemos, sabemos que quizás Aristóteles y Platón o el mismo Homero, nos han sacado ventaja, por la inclemencia de los disímiles tiempos natales.
Es decir, conforme pasa el tiempo, cada vez tenemos menos margen para el invento. Porque existe gente que escribe desde tiempos lejanos, que nos van quitando posibilidades. Matemáticamente hablando, si hubiese un bolillero de oraciones esperándose a acabar. Existe una mano desde el día de las pinturas rupestres que nos viene quitando las bolillas aventajándose históricamente.
Más allá de los siete idiomas, de las deformidades proyectadas de cada uno de ellos, todos encausan en las mismas ideas. Porque para quien lo use y no lo sepa: un lenguaje es eso, la ordenación del pensamiento en reglas semánticas y sintácticas. Y por más que partamos de distintas fórmulas, obtendremos la misma amalgama. Con más o menos nariz, con más o menos resonancia, pero es la misma sentencia.
¿Qué nos queda pues? Simple: no innovar, convencer a los lectroes con la aceptación de ideas ajenas, con énfasis propios. Con la idea firme de que malo conocido es mejor que bueno por conocer. Con la convicción de que es mejor adoptar una idea que proponer un cambio.
Como están las cosas el mundo no soportaría a otro Karl Marx. Menos en Argentina mi dios!
¿Qué nos queda pues? No tan simple: resignar renombre por abnegación. Brindar paz al prójimo, no exacerbar con póstumos que pretenden ser vanguardistas. Los padres ya han muerto.
No agitar el tarro de abejas
"El diario New York Times habla de un cierto stréss en el que se encuentran sumerguidos los bloggers que se debe exclusivamente al miedo a “si otro blog publica una noticia antes se va a llevar los laureles y el tráfico” y, según el diario, son tristes antecedentes ejemplares el ataque cardíaco de Om Malik y la muerte de dos bloggers"
Tomémosnos las cosas con calma, como ya lo dije: no hay nada que inventar.
La rueda ya se inventó,todos la usamos y construimos ideas sobre ella: autos, motos, biciclos, trenes, aviones, tanques, cañones, guerras, muertes.
Lo dicho: es muy peligroso inventar.
Vamos a disfrutar de ideas pensadas en tiempos más tranquilos y tomémosnos las cosas con humor. Hagamos leña del árbol caído, para mantenernos en estos tiempos fríos.
3 comentarios:
Hola, vengo de lo de Chap. Yo creo que si te tomás con tanta presión el blog se termina convirtiendo en otra obligación y no lo terminás disfrutando.
Tengo un blog desde hace 4 años. Hay meses en que escribo 2 post y todo bien. Hubo meses en que escrib+ia a diario y el blog explotaba. Estuvo bueno eso pero siempre lo tomé como un relajo, como parte de una terapia para el corazón digamos y para conocer buenos amigos.
Si el blog te pesa, tarde o temprano lo terminás largando al carajo.
¿Cómo me voy a tomar las cosas con calma si me acabas de decir que "los padres ya han muerto"? ¡¿Cuándo?!
Vamos a decirlo así: nadie ha muerto, todos perduran en sus escritos.
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