miércoles, 2 de abril de 2008

Didascalia para humor musical

Pensemos la siguiente situación y un momento propicio para realizar un chiste.
Cuántes veces uno busca la forma de caer simpático sin ser estúpido, de hablar sin generar posteriores incómodos silencios.

Amén de licuar esa bipartita (la del humor y la del lugar propicio), un consejo para aplicar este chiste. La eficacia dependerá de tu capacidad de descifrar el momento y de leer el siguiente guión.

Diga uno, entusiasta:
-"Hola con la casa del señor X (donde X es un nombre asignado al momento del chiste y se relaciona indirectamente con un nombre conocido en el universo de nuestra humorada), antes que nada queremos felicitarlo porque su hija ha obtenido la beca en nuestra escuela de música".
Diga uno, con otra voz entusiasta (cuanto más se separe esta nueva voz del timbre de la voz entusiasta anterior, más aceptación tendrá el chiste)
-"Es una gran noticia, estamos muy felices"
Diga uno, con la primer voz (cuanto más se asemeje a su primer representación, más admiración generará uno, como contador de chistes)
-"Si, es una buena noticia, pero señor queríamos saber la edad de María, y si tiene hermanos"
Diga uno, con la segunda voz (cuanto más fiel, más efectiva)
-"Oh, si, ella tiene 10 años, y tenemos además dos hijas".
A esta altura tiene que estar más que claro que hay una charla telefónica establecida, evite uno, realizar el típico gesto telefónico de pulgar y menique. Repita uno desde el principio si ha logrado sólo generar un monólogo. Recuerde se requiere una charla telefónica para la esencia del chiste.
Diga uno, nuevamente con la primer voz (cada vez es más exigente la memoria de los timbres de voz, a fin de no confundir al receptor)

-"¿Ah, están interesados también en la música? ¿María es la menor?
Diga uno, con un gesto propicio para remate de chiste
-"No... es la mayor".

Si tenemos que explicar el chiste, no hemos tenido éxito.
Si queremos tener éxito, es mejor hacerse de un cómplice entre los oyentes, que ya sepa el chiste y que reaccione con una efusiva carcajada a la hora del remate.
Para que nosotros lo entendamos, pensemos en los acordes y sus modos: mayores, menores, séptimos, suspendidos, etc.

Luego de este chiste, retírese uno de la fiesta, pues según como leí en un blog amigo: partir antes le aporta a uno un halo de importancia e intriga.

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