martes, 29 de abril de 2008

El stress de los bloggers

Ahora que viene al plato hablar de las preocupaciones de las personas, abracemos con el brazo de la sinceridad a los temores que todos los escritores tienen: Decir algo que ya se ha dicho, retrasarse en una idea.

No negemos, sabemos que quizás Aristóteles y Platón o el mismo Homero, nos han sacado ventaja, por la inclemencia de los disímiles tiempos natales.

Es decir, conforme pasa el tiempo, cada vez tenemos menos margen para el invento. Porque existe gente que escribe desde tiempos lejanos, que nos van quitando posibilidades. Matemáticamente hablando, si hubiese un bolillero de oraciones esperándose a acabar. Existe una mano desde el día de las pinturas rupestres que nos viene quitando las bolillas aventajándose históricamente.

Más allá de los siete idiomas, de las deformidades proyectadas de cada uno de ellos, todos encausan en las mismas ideas. Porque para quien lo use y no lo sepa: un lenguaje es eso, la ordenación del pensamiento en reglas semánticas y sintácticas. Y por más que partamos de distintas fórmulas, obtendremos la misma amalgama. Con más o menos nariz, con más o menos resonancia, pero es la misma sentencia.

¿Qué nos queda pues? Simple: no innovar, convencer a los lectroes con la aceptación de ideas ajenas, con énfasis propios. Con la idea firme de que malo conocido es mejor que bueno por conocer. Con la convicción de que es mejor adoptar una idea que proponer un cambio.
Como están las cosas el mundo no soportaría a otro Karl Marx. Menos en Argentina mi dios!
¿Qué nos queda pues? No tan simple: resignar renombre por abnegación. Brindar paz al prójimo, no exacerbar con póstumos que pretenden ser vanguardistas. Los padres ya han muerto.
No agitar el tarro de abejas

"El diario New York Times habla de un cierto stréss en el que se encuentran sumerguidos los bloggers que se debe exclusivamente al miedo a “si otro blog publica una noticia antes se va a llevar los laureles y el tráfico” y, según el diario, son tristes antecedentes ejemplares el ataque cardíaco de Om Malik y la muerte de dos bloggers"

Tomémosnos las cosas con calma, como ya lo dije: no hay nada que inventar.
La rueda ya se inventó,todos la usamos y construimos ideas sobre ella: autos, motos, biciclos, trenes, aviones, tanques, cañones, guerras, muertes.
Lo dicho: es muy peligroso inventar.

Vamos a disfrutar de ideas pensadas en tiempos más tranquilos y tomémosnos las cosas con humor. Hagamos leña del árbol caído, para mantenernos en estos tiempos fríos.

domingo, 27 de abril de 2008

Y un día tan amarillo volvió.

Va y viene, no se olvida, siempre regresa, señal que envejecemos y que pronto estaremos destinados al otoño de nuestras vidas.
No cabe duda, caminar sobre hojas de otoño es como caminar dentro de paquete de papitas fritas.

sábado, 19 de abril de 2008

Niños Cerebros

No me voy a expandir mucho, pero el objeto de mi análisis hoy, son los bebitos.

Todos fuimos bebitos, todos tuvimos hermanos bebitos, primos bebitos, en fin.
Se han puesto a pensar alguna vez, todas las suposiciones que hacemos los humanos en torno a nuestras criaturas?
Me hizo click la cabeza los otros días cuando escuché a mi vieja:
- Mirá como se desespera porque sabe que la madre se va a comprar medio kilo de papa.
Quizás no se entienda, pero el sujeto destino de ese comentario era la bebita de mi prima. Que tiene apenas 9 meses.
No, no se asusten, la nena no habla, tampoco sabe lo que es que alguien se vaya a una verdulería.
Pero sin embargo ahí estamos nosotros como historiadores de sentimientos, que no tienen porque tener nombre. Un nenito de un año no se puede poner celoso de otro de la misma edad. Un nenito de un año o menos, no puede expresar en una oración: "mamá noto que papi ya no viene a dormir por las noches"
Lamentablemente, los bebés tienen como limitado el operandus: duermen, lloran, comen llorando, cagan llorando, comen llorando, cagan un poco más llorand, duermen llorando.
Pero de nuevo, repito, ahí estamos nosotros los grandes, atribuyéndole nobles acciones, épicas reacciones y caprichosos y complejos sentimientos.
Pongámos las diéresis sobre las ues: un bebé, es sólo un proyecto de hombre. Hermoso, claro, no quiero que se me enojen las madres, y quiero que recuerden, yo también fui bebé. Por eso también se los aseguro, cuando era bebé, yo lloraba, porque no entendía nada de nada, reía porque no entendía nada de nada, era como un ente.

Si no lo han notado aún, presten atención esa suerte de quini 6 que se arma en torno a una criatura y después asientan y adhieran a mi pensamiento.

miércoles, 2 de abril de 2008

Didascalia para humor musical

Pensemos la siguiente situación y un momento propicio para realizar un chiste.
Cuántes veces uno busca la forma de caer simpático sin ser estúpido, de hablar sin generar posteriores incómodos silencios.

Amén de licuar esa bipartita (la del humor y la del lugar propicio), un consejo para aplicar este chiste. La eficacia dependerá de tu capacidad de descifrar el momento y de leer el siguiente guión.

Diga uno, entusiasta:
-"Hola con la casa del señor X (donde X es un nombre asignado al momento del chiste y se relaciona indirectamente con un nombre conocido en el universo de nuestra humorada), antes que nada queremos felicitarlo porque su hija ha obtenido la beca en nuestra escuela de música".
Diga uno, con otra voz entusiasta (cuanto más se separe esta nueva voz del timbre de la voz entusiasta anterior, más aceptación tendrá el chiste)
-"Es una gran noticia, estamos muy felices"
Diga uno, con la primer voz (cuanto más se asemeje a su primer representación, más admiración generará uno, como contador de chistes)
-"Si, es una buena noticia, pero señor queríamos saber la edad de María, y si tiene hermanos"
Diga uno, con la segunda voz (cuanto más fiel, más efectiva)
-"Oh, si, ella tiene 10 años, y tenemos además dos hijas".
A esta altura tiene que estar más que claro que hay una charla telefónica establecida, evite uno, realizar el típico gesto telefónico de pulgar y menique. Repita uno desde el principio si ha logrado sólo generar un monólogo. Recuerde se requiere una charla telefónica para la esencia del chiste.
Diga uno, nuevamente con la primer voz (cada vez es más exigente la memoria de los timbres de voz, a fin de no confundir al receptor)

-"¿Ah, están interesados también en la música? ¿María es la menor?
Diga uno, con un gesto propicio para remate de chiste
-"No... es la mayor".

Si tenemos que explicar el chiste, no hemos tenido éxito.
Si queremos tener éxito, es mejor hacerse de un cómplice entre los oyentes, que ya sepa el chiste y que reaccione con una efusiva carcajada a la hora del remate.
Para que nosotros lo entendamos, pensemos en los acordes y sus modos: mayores, menores, séptimos, suspendidos, etc.

Luego de este chiste, retírese uno de la fiesta, pues según como leí en un blog amigo: partir antes le aporta a uno un halo de importancia e intriga.

Sal gruesa para la lluvia

Hoy voy a reflexionar acerca de la lluvia. Perdonen pero mi redacción ha entrado en bancarrota. Pero los pensamientos, aún persisten.

Desde que tengo uso de razón, mejor dicho desde que tengo memoria, recuerdo a mi madre corriéndome con un puñado de pimienta blanca en la mano, a la voz de "te dije que malas palabras no se dicen, voy a hacer que te arda la lengua". Correr para conservar la vida, correr para conservar el habla. Luego cuestión de arrepentirse, creer en la educación a través del miedo, tan de facto, tan a convencer por la violencia. Mi madre es la persona más bella que hay, la más increíble y la que más se cree todo lo que le inventamos. Es esa persona inocente que cree en todo y en mucho más. Cada vez que tuvo que fajarnos, les aseguro, pero les aseguro: lo merecimos. Como crápulas que fuimos, hemos sido bien domesticados, gracias a dios.

Ya sabrán que mi madre cree que las ausencias se reparan dando vuelta un vaso. Cuando una vez, una chica abandonó a uno de mis amigos, le suplicamos a mi madre que diese vuelta un vaso, pero al parecer, no se podía influir sobre el libre albedrío con un vaso. Ella nos dijo: "tarde o temprano va a aparecer", y yo desde ese día creo sólo desde la vereda del ateísmo y de la ciencia.

Entre una de las tantas "tradiciones" de mi vieja (Nótese ese "tradiciones" como homónimo de manías o locas cábalas) es la de combatir la lluvia.
Pidamos que se retiren aquellos que se hacen contar historias para descreerlas. Y llamemos al diálogo a quienes le atribuyen la lluvia a sus dioses. A su Pachamama, a su Buda, a su Cristo, a su Alá. Ya que cuando llueve mucho, todos ellos hablan de la furia de su dios, o de un ajustes de cuenta divina.
Mi vieja, apegada a su anti cientificismo avala y dice: "no me vengan a mi con eso de la condensación del vapor de agua, que reside en las nubes" Para luego agregar: "estos de la wikipedia son peor que la yankis, manejan la información como les convenga" "Había armas químicas en Irak?" "No, no había, saben porqué? porque la ciencia no es de fiar. Le atribueyen cosas a otras cosas y le erran a menudo". Era un buen punto de mi vieja, para descreer de la ciencia; pero bueno, como decir que en realidad, no era muy acertado sospechar de armas químicas, pero si una buena excusa para una invasión. Para que decirle a mi vieja que en realidad eran cuestiones de inteligencia norteamericana... (lo de inteligencia es a modo de título)

Retomando, viene la lluvia y mientras mi abuela acota, al sonido de los truenos: “San Pedro, está jugando a los bolos” mi madre carga su mochila de Girl Scout y entra en acción. Sale al patio con un puñado de sal gruesa, y lo arroja en forma de cruz hacia el cielo, incluso acopaña el ritual con alguna oración que nunca llega a vociferar en altos decibeles.
Es así, mis queridos amigos como mi vieja regula el universo.

Más de una vez ha logrado salir airosa a nuestras críticas, puesto que siempre que llovió y ella arrojó puñado de sal, paró. Mas aún cuando no arrojó, también paró. Defendiéndose ante nuestras demostraciones racionales, ella aseguró la acción de algún otro creyente.
En estos días la hemos criticado, por su inacción ante ese granizo que tanto nos unió a los Argentinos. Ella se defendió diciendo: “eso no ha sido lluvia, ha sido alguna señal de que algo malo se acerca”.

Uno que es joven y que está más cerca de la ciencia de lo que estaba Cristóbal Colón, sabe que algunas cosas son tan ciertas como que el Sol se apaga de noche.
Pero a los grandes, a los que forjaron su alma bajo alucinantes historias de tiempos lejanos, vamos a permitirles que nos hagan dudar. Dejemos por lo tanto, que sigan regulando nuestra suerte.
Al menos hasta que no quede más que ciencia sobre la tierra, al menos hasta que vivir se parezca solamente a querer morir.